Si eres un emprendedor que está empezando a importar productos o, un importador novato, es muy posible que sepas que un error o proceso incorrecto con las regulaciones y restricciones no arancelarias o con normas mexicanas de comercio exterior puede ser catastrófico.
Desde costos adicionales no contemplados, retrasos en la llegada de la mercancía o incluso la pérdida de tus bienes son solo algunos de los escenarios posibles.
Por ello, como no queremos que hagas parte de ese grupo de desafortunados importadores te hemos preparado una guía de cómo evitar errores con las regulaciones y restricciones no arancelarias o con normas mexicanas.
¡No te lo pierdas!
Cuando se trata de importar a México, uno de los pasos más importantes —y a menudo subestimados— es la clasificación arancelaria de la mercancía.
En síntesis, es un proceso donde se asignan las fracciones arancelarias específicas a cada producto, de acuerdo con su naturaleza, composición y uso.
Básicamente, porque la correcta clasificación permite evitar errores como:
En otras palabras, si no clasificas bien tu producto desde el inicio, es muy probable que no estés cumpliendo con las regulaciones de importación mexicanas.
Para empezar, debes comprender que el proceso de clasificación no es aleatorio ni sencillo: requiere analizar las características físicas y funcionales del producto, su composición, su uso y su proceso de fabricación.
Para hacerlo correctamente, es fundamental contar con experiencia en el uso del Sistema Armonizado y el Tarifario de la LIGIE (Ley de los Impuestos Generales de Importación y de Exportación).
Una vez que el producto está correctamente clasificado, se puede determinar si:
Esto confirma que la clasificación arancelaria no es solo un requisito fiscal, sino la base para asegurar el cumplimiento normativo completo.
Cuando hablamos de regulaciones y restricciones no arancelarias o normas mexicanas, uno de los errores más comunes es no verificar si el producto que vas a traer a México está sujeto a normas mexicanas específicas, ya sea de etiquetado o certificación.
Ahora bien, existen dos grandes tipos de normas mexicanas que debes considerar:
Son las normas más comunes y fáciles de resolver, ya que exigen que el producto muestre información comercial en español, conforme a las disposiciones de la NOM-050, NOM-024 y otras específicas según el tipo de mercancía.
Por otro lado, estas NOM requieren pruebas de laboratorio, certificados de seguridad, y trámites más complejos. Especialmente, porque aplica a productos como electrónicos, juguetes, textiles, entre otros.
Entonces, el no conocer las normas mexicanas que aplican a tu producto puede tener consecuencias costosas, como:
Con todo esto, seguramente ya estarás convencido de que evitar errores en el proceso de importación no depende de la suerte, sino de la planificación anticipada y del respaldo de una asesoría profesional especializada.
Lo repetimos porque es muy importante: la clasificación arancelaria es el punto de partida para cualquier operación de importación. Este código numérico identifica tu producto en el sistema aduanal mexicano y determina si está sujeto a normas mexicanas específicas, como las de etiquetado o certificación, además de los impuestos y permisos necesarios.
Otro de los errores más comunes —y costosos— es no verificar si los productos deben cumplir con las Normas Oficiales Mexicanas (NOMs) de etiquetado.
Por ejemplo, si estás importando electrodomésticos o ropa, estas categorías tienen NOMs específicas que regulan lo que debe decir la etiqueta: instrucciones en español, país de origen, materiales, advertencias de seguridad, etc.
Los Incoterms (International Commercial Terms) son reglas internacionales que determinan quién asume los riesgos, costos y responsabilidades en cada etapa del transporte internacional de una mercancía.
Elegir mal el Incoterm en un contrato de compraventa puede generar:
Por ejemplo, muchos importadores primerizos optan por EXW (Ex Works) sin saber que eso implica asumir todos los costos y riesgos desde que el producto sale del almacén del proveedor.
Ahora bien, cuando una mercancía no cumple con las normas mexicanas en aduana, el importador se enfrenta a un momento crítico.
La vía principal es clara: cumplir con la norma correspondiente o devolver la mercancía al país de origen.
Si el producto no cumple con las regulaciones de importación, el importador tiene la posibilidad de realizar las correcciones necesarias para obtener el cumplimiento normativo, lo que implica:
Este proceso puede generar costos adicionales, como pago por almacenamiento, gastos de manejo y servicios de laboratorio, además de retrasos en la liberación de la mercancía.
Si no es viable cumplir con la norma en tiempo o forma, la otra opción legal es reexportar (devolver) los productos a su país de origen.
Esta decisión conlleva costos logísticos y puede representar pérdidas para el importador, pero es preferible a incurrir en sanciones mayores o que la mercancía sea declarada en abandono.
En el caso específico de las NOMs de etiquetado, existe la posibilidad de solicitar una prórroga para cumplir con la norma fuera del recinto fiscal, es decir, una vez liberada la mercancía.
Sin embargo, esta opción no está disponible para todos:
Dicho esto, también es importante tener en cuenta que existen, a su vez, ciertas categorías de productos de alto riesgo por su impacto potencial en la seguridad, la salud o la información al consumidor.
Cada uno de estos bienes están sujetos a regulaciones estrictas y deben cumplir con normas específicas antes de poder comercializarse en México.
En primer lugar, los productos electrónicos están sujetos a normas de seguridad, como la NOM-001-SCFI o NOM-003-SCFI, que garantizan que no representen un riesgo para el usuario ni para las instalaciones eléctricas.
En el caso de las importaciones de textiles, se deben cumplir con normas de etiquetado como la NOM-004-SCFI que aseguren que el consumidor pueda conocer las características del producto.
Por su parte, los juguetes están regulados tanto por normas de etiquetado como por normas de seguridad, como la NOM-015-SCFI (etiquetado) y la NOM-252-SSA1 (seguridad).
Por último, instrumentos como básculas, termómetros, medidores de presión o equipos de pesaje industrial están regulados por normas de certificación metrológica como la NOM-010-SCFI y otras emitidas por la Dirección General de Normas (DGN).
Si después de todo esto, te sientes abrumado, ¡no te preocupes!
Considerando todo lo mencionado, Aduaeasy es el aliado estratégico que necesitas para facilitar el cumplimiento normativo durante el proceso de importación.
Aduaeasy actúa como intermediario entre los importadores, los laboratorios privados (encargados de emitir certificados) y las autoridades reguladoras mexicanas.
Es decir, coordina con laboratorios autorizados para realizar pruebas y obtener certificados cuando un producto lo requiere.
También, te acompaña desde la etapa de planificación, identificando posibles riesgos normativos según la clasificación arancelaria del producto y ayuda a cumplir con los requisitos de información comercial y etiquetado conforme a las NOMs aplicables.
Para evitar sanciones, retrasos o incluso la pérdida de mercancía, es fundamental adoptar una estrategia basada en planificación anticipada, asesoría profesional y conocimiento detallado de las regulaciones y restricciones no arancelarias.
En un entorno regulado como el comercio exterior mexicano, prevenir es siempre mejor que corregir.
Conoce las ventajas de contar con Aduaeasy como socio estratégico al importar.