¿Estás seguro de que tu proveedor ya cumplió con todos los requisitos de importación? Si tu respuesta es un “sí” basado únicamente en su palabra, podrías estar caminando directo a un problema al importar a México.
La buena noticia es que estos errores se pueden evitar con verificación oportuna, asesoría profesional y planificación. Por lo que este post, te mostraremos qué debes seguir muy de cerca para alejarte de estas situaciones molestas.
El primer error es asumir que todo proveedor en el extranjero es confiable solo porque ofrece buen precio o responde rápido.
Por ello, antes de cerrar cualquier trato, es indispensable investigar su reputación, solicitar referencias, exigir certificaciones y —si es posible— realizar auditorías o inspecciones previas.
El otro paso clave es el más crítico de todos, especialmente, porque es donde muchos importadores bajan la guardia y sienten que su proceso ya está hecho.
Sin embargo, aquí se generan la mayoría de problemas; por lo que es crucial revisar:
Una clasificación incorrecta o no verificar si tu producto está sujeto a una norma de cumplimiento obligatorio puede hacer que se detenga en aduana, incluso si el proveedor aseguró que “todo estaba en orden”.
Por último, para importar a México como un verdadero profesional, debes saber que el tránsito internacional no es tiempo perdido, de hecho, es tu oportunidad para verificar que todo esté en orden antes de que llegue al país.
Lo ideal es contar con al menos 15 días antes del arribo de la mercancía para hacer ajustes, entregar documentos pendientes o resolver cualquier incumplimiento normativo.
Muchos errores se detectan justo cuando el producto ya está en movimiento, y si no se tiene margen de tiempo, las opciones se reducen: pagar almacenajes, retrasar la entrega o perder la mercancía.
Y, hablando de errores, conoce los más habituales.
La clasificación arancelaria es la base para determinar qué regulaciones, restricciones o impuestos aplica tu producto. Por lo que una mala clasificación —ya sea por error o conveniencia— puede:
Además, si esperas hasta que el producto ya está en tránsito o en aduana para hacer esta verificación, es probable que ya sea demasiado tarde para corregir sin consecuencias.
Asimismo, existen muchos artículos que parecen simples pero necesitan certificación obligatoria para poder ser importados o comercializados legalmente en México, por ejemplo:
Estos productos están sujetos a normas oficiales mexicanas (NOMs), como la NOM-024 que requieren pruebas de laboratorio, dictámenes o etiquetado especializado.
También, en muchos casos, un pequeño cambio técnico puede modificar completamente el tipo de regulación aplicable; como estos casos:
Estos detalles, aunque parezcan menores, pueden poner en riesgo el cumplimiento normativo y generar retrasos importantes en el proceso de importar a México.
Ahora bien, para prevenir estos errores que te enseñamos recién, tienes que saber que depende más de tu preparación que de lo que prometa tu proveedor. Por ejemplo, estas acciones te ayudarán a mantener el control desde el inicio:
Siempre pide fichas técnicas, manuales, etiquetas y certificaciones disponibles antes de hacer el pedido. Con esta información podrás validar si el producto cumple con los requisitos normativos mexicanos.
Además, determina la clasificación arancelaria desde el principio para que puedas anticipar permisos, NOMs u otras restricciones.
En otras palabras, no esperes a que la mercancía esté en tránsito para resolver este paso clave.
También, verifica qué normas, certificaciones o etiquetas aplican a tu producto según su uso, material o país de origen. Especialmente, porque algunos requerimientos pueden tardar semanas en gestionarse, especialmente si se necesita prueba de laboratorio.
Por último, planifica tiempos con holgura para enfrentar imprevistos; lo ideal es tener un margen de 15 días antes de la llegada al puerto para evitar retrasos o multas.
Después de todo esto, es necesario decir que importar a México no tiene por qué ser una experiencia llena de incertidumbre; para ello, contar con un aliado como Aduaeasy marca la diferencia entre un proceso fluido y uno costoso.
Desde el inicio, Aduaeasy verifica anticipadamente las fracciones arancelarias y revisa si tu producto está sujeto a regulaciones o restricciones no arancelarias.
También, durante todo el proceso, ofrece asesoría continua y, si algo cambia, ayuda a redirigir la mercancía o corregir el rumbo, evitando sanciones y pérdidas.
Además, sus soluciones están pensadas para adaptarse al perfil de cada importador, sin importar si es tu primer embarque o si manejas operaciones frecuentes.
Con Aduaeasy, importar a México se convierte en una operación más predecible y profesional.
Antes de finalizar este post, existe un tema muy importante que debes prestar atención al importar a México y son los Incoterms, es decir, los términos sobre quién asume los costos, riesgos y responsabilidades durante el proceso de importación.
Bajo el Incoterm EXW (Ex Works), el proveedor entrega la mercancía en su propia planta o almacén.
Desde ese punto, todo recae sobre el importador: transporte, aduana de salida, flete, seguros, trámites en México y cumplimiento normativo.
En contraste, con DDP (Delivered Duty Paid), el proveedor se hace cargo de casi todo, incluyendo impuestos y trámites aduanales.
Aunque suena ideal, es poco común en la práctica, sobre todo con proveedores de Asia, ya que implica un alto nivel de conocimiento del marco normativo mexicano.
En definitiva, cuando se trata de importar a México, confiar solo en lo que dice tu proveedor puede salir caro.
Recuerda: actuar con anticipación —verificando normativas, realizando la clasificación arancelaria correcta y revisando los requisitos técnicos— es la mejor forma de evitar multas, retrasos y pérdidas innecesarias.
En Aduaeasy te ayudamos a identificar riesgos antes de que sea tarde. Desde la verificación de regulaciones hasta la asesoría en cumplimiento normativo, te acompañamos en cada paso del proceso.
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Evita errores costosos y toma el control de tu operación.