Importar acero de China es cada vez más común para empresas mexicanas de construcción, metalmecánica y manufactura que buscan reducir costos y asegurar abasto. Sin embargo, el acero es un producto altamente regulado, es decir, se produce localmente y se importa en grandes volúmenes. En pocas palabras, no es una importación cualquiera.
Antes de traer tu primer embarque, hay tres temas básicos que deben estar en tu radar:
Este último se ha convertido en uno de los requisitos más vigilados por la autoridad mexicana. Tenerlo desde antes del embarque puede ser la diferencia entre una operación fluida y un contenedor detenido en puerto.
El molino que produce el acero debe estar registrado ante la Secretaría de Economía y, por intentos de falsificación de algunos intermediarios, cada vez se revisa más la autenticidad del certificado.
También es clave entender que no es lo mismo un certificado de molino que un certificado de calidad; la fracción arancelaria de tu producto determinará cuál te van a pedir.
Antes de pensar en papeles, hay que asegurarse de que tu acero pueda circular sin problemas dentro de México. En términos simples:
En acero, la carga pesada suele verse en contenedores con bobinas muy pesadas o placas gruesas en grandes cantidades; la carga sobredimensionada, en vigas o estructuras metálicas más largas o altas que la plataforma del remolque.
Muchas operaciones combinan las dos cosas: mucha tonelada y dimensiones fuera de estándar, lo que implica permisos especiales, estudios de ruta y mayores tiempos de tránsito.
Si este análisis no se hace desde la cotización, suelen pasar dos cosas:
Recomendación práctica: antes de comprar y embarcar acero de China, revisa con tu agente aduanal y tu área logística cómo va a transportarse en México y confirma si entra en el esquema de carga pesada, sobredimensionada o ambas.
Definida la logística, viene el corazón documental: el pedimento. Aquí entra la glosa de pedimentos.
En síntesis, la glosa es una revisión detallada del pedimento y de los documentos que lo respaldan, es decir, factura, lista de empaque, conocimiento de embarque, certificado de molino o de calidad, avisos automáticos, entre otros. Su objetivo es confirmar que todo lo declarado ante la autoridad coincide con la realidad de la operación.
Ahora bien, en importaciones de acero de China es común encontrar:
Las consecuencias van desde multas y requerimientos de información hasta la suspensión de tu padrón de importadores o de tu padrón sectorial. En el sector siderúrgico, la autoridad pone especial atención, por lo que cualquier inconsistencia se vuelve un foco rojo.
En Aduaeasy usamos la glosa como una especie de seguro de calidad documental: revisamos a detalle cada operación para minimizar riesgos de auditorías y correcciones costosas.
Llegamos al protagonista del tema.
Por su parte, el certificado de molino es un documento emitido por el molino que produjo el acero, no por el intermediario que te lo vendió. En él se detalla qué material se fabricó, bajo qué especificaciones y a qué lote pertenece. En la práctica es la “acta de nacimiento” del acero que estás importando.
Aunque el formato cambia de un molino a otro, normalmente encontrarás:
Esta información permite trazar el origen del material y comprobar que cumple las normas técnicas y de seguridad que la industria exige.
Esto es crucial, porque en muchas fracciones arancelarias el certificado de molino es obligatorio para obtener el Aviso Automático de Importación de Productos Siderúrgicos. Y sin ese aviso automático, simple y sencillamente no puedes importar legalmente ese acero a México.
Además:
Si embarcas sin tener el certificado correcto, podrías enfrentarte a semanas de retraso mientras el proveedor intenta conseguirlo o corregirlo, con el contenedor acumulando demoras y almacenajes en el puerto.
No hay que confundirlos:
La fracción arancelaria determina cuál de los dos te van a exigir para el aviso automático y para el despacho.
Si estás por iniciar tu proyecto para importar acero de China, vale la pena recapitular:
En Aduaeasy tomamos tu proyecto como propio: te ayudamos a revisar estos tres pilares desde la planeación, para que tu acero llegue a tiempo, cumpla con la normatividad mexicana y no se convierta en un problema de costos, multas o estrés en aduana.
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